Cuando ella es él... Por Melina Camarena

GRACIAS A MELINA POR COMPARTIRNOS SU HISTORIA

Todos en mi familia coincidimos en que Blanket, mi cuyo, es el modelo de la familia.Tiene una belleza inigualable y es fanático de las cámaras fotográficas. Adquirí a Blanket el 28 de octubre (lo recuerdo porque ese día se estrenó This is it, la película de Michael Jackson). Es por eso que lo nombré Blanket, en honor al hijo menor del rey del pop.

Viví 5 meses engañada llamando a Blanket como “la gorda” “la bebé” hasta que un día descubrí su verdadera identidad. Blanket no era simplemente Blanket, sino que era Blanket Felipe. (Su segundo nombre viene de mi fanatismo y obsesión con la película de Disney “La Bella Durmiente” y mi profundo enamoramiento con el Principe Felipe)

Cuando descubrí que Blanket Felipe era macho yo ya tenía otro cuyo niña, llamada Pillow. Así que entré en disyuntiva.¿Regalo a Pillow o regalo a Blanket Felipe? Y la verdad es que ninguna opción me dejaba tranquila. Los dos se habían tomado mucho cariño y separarlos sería llevarlos directo a la depresión pero yo no quería que Pillow viviera embarazada toda su vida y no quería regalar cuyos al mundo. Existe demasiado maltrato animal como para que sigan naciendo más animalitos así que tome una de las decisiones más peligrosas de mi vida. Decidí castrar a Blanket Felipe.

Recuerdo que la búsqueda fue interminable. Los veterinarios se jactaban de “la rapidez” y “la facilidad” con la que se podía realizar esa cirugía cuando realmente una cirugía a un cuyo no es cosa fácil. Los cuyos son muy sensibles a la anestesia y el peligro no es durante de la cirugía sino al término de ésta. Los cuyos pueden caer en hipotermia gracias a la agresividad de la anestesia y a lo pequeñitos que son sus cuerpos.Así que yo no podía dejar a mi hijo en manos de cualquier doctor.Finalmente encontré al doctor Mauricio Solís. Él ya había trabajado con cuyos, incluso con hurones, los había castrado y también había removido matrices. Él era el indicado. No me podía equivocar ¿cierto?

Platiqué con el doctor por teléfono e hice la cita pre-operatoria para ver si Blanket Felipe era candidato para cirugía.Martes 8 de junio 9 AM, la peor mañana de todas, yo llevaba a mi bebé a una cirugía forzada, él no necesitaba pasar por ningún sufrimiento. Su cuerpo estaba bien, su salud estaba bien, lo único que tenía en su contra era ser niño.Yo me sentía culpable y me sentía como una pésima madre. Sabía que cualquier cosa que saliera mal sería mi culpa y jamás me lo perdonaría.
Yo manejaba con Blanket Felipe a mi lado, yo lloraba y el trataba de cubrir su cabecita con su plato de comida a causa del miedo. Dejarlo fue el peor sentimiento que pude tener. Llegar a mi trabajo y saber que mi bebé estaba en manos de alguien más y que cabía la posibilidad de que esa caricia en su cabecita al retirarme de la clínica podía ser la última, me partía el corazón.

Cuando mi celular sonó a las 10:50 am y escuché las palabras “Blanket está bien, ya está despertando” mi universo entero cambió de color. Mi bebé había salido bien, mi príncipe se recuperaría y estaría conmigo de vuelta. Su recuperación duró una semana y sin duda yo la sufrí con el.
¿Qué hubiera pasado si mi bebé no estuviese conmigo? Mi mundo entero se habría deshecho.

Cómo un animalito puede cambiar la perspectiva en nuestras vidas y alegrar tu día sólo con ver cómo se acerca a ti cuando llegas a casa después de un día complicado y difícil. Blanket Felipe y Pillow son así. Alimentan mis días. Son 2 “personitas” mas en mi casa. Son parte de mi familia.


Colores: blanco y beige con una manchita “chocolate” que va desde su oreja derecha hasta la punta de su patita derecha
Raza: Remolino
Alimento: lechuga (lo vuelve loco), zanahoria(no es su mejor opción), croquetas(su última opción) y dulces de alfalfa con frambuesa (su postre)
Lugar favorito para rascar: la barbilla
Alergias: tose con la viruta

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